"Es más fácil hablar con Obama que con Messi"
Diego Armando Maradona ha concedido una entrevista a la página web de la FIFA donde habla del pasado, del presente y del futuro. El Pelusa tiene una obsesión (el Mundial) y un anhelo (conocer en Suráfrica a Mandela).
Diego Armando Maradona ha concedido una entrevista a la página web de la FIFA donde habla del pasado, del presente y del futuro. El Pelusa tiene una obsesión (el Mundial) y un anhelo (conocer en Suráfrica a Mandela).
¿Estos nueve meses al frente de Argentina han sido como un parto para usted?
La verdad que sí, porque en este tiempo sólo logré tener a los muchachos un mes y medio. Mi llegada fue buena, pero ahora hay que meter conceptos en esas 25 cabecitas: qué tienen que hacer adentro y afuera de la cancha.
¿Lo disfruta?
Es duro. Me divertía más como jugador, pero no le escapo a la responsabilidad. Ustedes saben que me han pasado cosas feas en mi vida, me reinventé y hoy estoy al frente de Argentina. ¡Es un sueño!
¿Lo esperaba tan difícil?
Es difícil por lo que mencioné antes. Hay que estar continuamente hablando por teléfono, sabiendo cómo están los jugadores. Es más de logística que estar viéndolos. Si Dios quiere, los voy a tener 20 días antes del Mundial a todos juntos. Ahí nos armaremos para tener chances de ganar el Mundial.
¿Cuántas entrevistas le han hecho desde entonces?
¡Muchas! Pero no por el hecho de ser Maradona y el seleccionador tengo que quedar bien con todos. Los verdaderos protagonistas son los jugadores.
¿Le cansó alguna pregunta?
'¿Cuándo vamos a ver el sello Maradona en el equipo?'. Es injusto que esperen ver el estilo Maradona si tengo a los muchachos dos días antes de cada partido. Uno se arregla con lo que tiene, hace y deshace en tres días. No les puedo meter un doble turno, ¡los reventaría! Más que director técnico, soy un seleccionador.
¿Y hay alguna que no le hayan hecho y quera destacar?
Sí, la solidez del grupo. Perdimos feo con Bolivia y el grupo no se rompió. Siempre que se pierde así hay algunos que se miran mal y acá pasó lo contrario. Nos reunimos en el avión y eso nos dio fuerza.
¿Es cierto que se despierta por las noches con ideas para poner en práctica, y se levanta de la cama para anotarlas?
Sí, es así. Jugadas de tiro libre, de tiro de esquina... Por ejemplo, quiero que el equipo achique más en ofensiva, que no tengamos distancias entre los defensores, mediocampo y delanteros. Así, al perder la pelota, estaremos encima del rival. Argentina debe aprovechar que tenemos más dominio que los demás. Lo que tenemos lo puede tener Brasil, pero no Italia ni Alemania. Quizás España con Xavi que se saca de encima a dos y deja cara a cara a Villa o Torres. Si presionamos, el rival no escapará.
¿Está viendo fútbol?
Veo todo el tiempo.
¿Qué ha visto últimamente? ¿Le sorprendió algún equipo?
No me sorprendió nadie. El Milan anda bajo, el Inter mantiene su nivel. El Madrid cambiará con Kaká, le va a dar desequilibrio. Lo que no entiendo es por qué no juega Gago. También vi a la Juve de mi amigo Ferrara, puro estilo italiano: catenaccio férreo atrás, para dársela a Del Piero y que él distribuya. De los nuestros veo bien a Diego Milito y al Kun.
¿Y Messi?
No lo vi en este tiempo. Traté de llamarlo, pero es más fácil hablar con Obama que con Lío (risas). Me contaron que está haciendo buena pretemporada. Estamos tranquilos con él.
¿Le sorprendió alguien?
Felipe Melo, de Brasil, y Hulk, del Oporto. Y me llama la atención Ronaldinho, se puso fino, pero no tiene la explosión que tenía.
Hablemos del Maradona persona. ¿Qué es lo peor que le ha pasado por ser usted?
Lo peor ya pasó... Estuve en el fondo del mar, y me sacaron mis hijas. Ahora me levanto todos los días. Eso es un logro tras pasar épocas en las que estaba tres días seguidos despierto o durmiendo. Ver a mi nieto es tocar el cielo. Lo demás es secundario...
¿Y lo mejor?
Reinventarme como persona ante las adversidades. No es que quiera ganar a la adversidad, pero si la hay, lucho para que eso no ocurra.
¿Cuál es la situación más increíble que ha vivido por ser Diego Maradona?
Lo más loco fue cuando expliqué a Fidel Castro cómo pateaba los penales. Me preguntó cómo hacía y le dije: 'Miro a los arqueros. Si me aguanta más me lo ataja; si yo aguanto más, se la tiro al lado contrario'. Fidel corrió los sillones de la habitación y me dijo 'pateame un penal, ¿a ver?'. Trajeron una pelota y le expliqué: 'Usted póngase en el medio'. ¡Yo pateándole un penal a Fidel Castro! ¡Es muy loco! Después me seguía preguntando cómo ponía el pie, etc. "Eso sale en el momento, maestro", le dije. Y después nos quedábamos hablando de política 6 o 7 horas fácil. Me muero con él, es la leyenda viviente que existe. No hay otro ser humano tan carismático. Ni el Papa.
¿Sueña con el Mundial?
Y con poder conocer a Mandela. Quise conocerlo, pero no se pudo por un problema...
¿Tal vez en el sorteo final?
Me encantaría.
¿Le obsesiona el Mundial?
Un Mundial sin Argentina no sería un Mundial.
¿Recuerda la primera vez que vio al trofeo?
Por fotos. Cuando le ganamos a Alemania la pude tocar, y besar. Yo les digo a los jugadores que 30 días de sacrificio para darle un beso a esa Copa no es nada en la vida de un hombre. Es como tocar el cielo con los dedos.
Ha dicho que conoce la fórmula para ganarla...
La gané y también fui segundo en Roma contra pronóstico. Decían que caeríamos con Brasil, que nos ganaba Italia... Y fuimos a la final... Hay que tener suerte, pero a la suerte hay que ayudarla mucho. En el Mundial del 90 tuvimos muchísimos lesionados... Pero mis jugadores saben muy bien cómo cuidarse. Son 30 días plenos, metidos, pensando en la Copa del Mundo. Y a eso es a lo que apunto. Yo estuve en Mundiales y jugué dos finales, sé cómo llegar, cómo manejar el grupo, cómo entrenarlos. Sé cómo hablarles. Tengo crédito como para hablar del tema. No llegué octavo, noveno, ni me vine en primer turno. De esto algo sé...
Cuentan sus compañeros de 1986 que no quería soltar ese trofeo después de la final...
Sí, lo solté poco, es cierto. No pudimos dar la vuelta en el Azteca, lo intentamos y no se pudo. Cuando llegamos al América, que era nuestro lugar de concentración, bajé el trofeo a la cancha donde entrenábamos y fuimos con los jugadores a dar la vuelta. Nosotros solos, con todos los familiares al costado de la cancha.
¿Tampoco la soltará si la gana en 2010?
No, esa la va a tener Masche... ¡Y no la va a querer soltar! Acuérdense, le va a pasar lo mismo.
6858km de futebol
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